Si Hades fuera chilango y Atenea la Primera Dama

enero 03, 2006

Despedida

Algunas veces me pregunto si tengo la facultad de amar sin reservas, si soy capaz de hacerme a un lado para dar paso al ser al que se amo; lo cierto es que cada que tengo que probar que el amor profesado es incondicional termino por sesgar mi buen juicio con egoísmo, con la herencia de esta sociedad centralizada en el YO, porque al final de cuentas, cuando se exige el sacrificio personal no dejo de reparar en los costos devengados para el beneficio de ella.

Argumentos tengo muchos y variados, desde ?¿porqué de nuevo yo?? hasta el uso del plural para minimizar al singular; en ocasiones hasta se adopta la amenaza o el chantaje; lo cierto es que después del desvelo reglamentario, de la reflexión y dando su justa medida a las cosas, reparo en que son mis inseguridades, miedos y demás fantasmas los que hablan por mi.

Esta mañana me he levantado con la firme convicción de hacer lo necesario para apoyar tu causa aunque es esta decisión me juego mis sueños contigo. Estoy dispuesto a darte la libertad que necesitas para continuar con tu camino aunque sospecho que este te llevará lejos de mi; y parado aquí, en la vertiente que separa nuestros caminos, me quedare observando como te alejas y cuando no estés ya en el horizonte intentaré convencerme que todo ha sido un sueño, un bello sueño del cual despertar será toda un pesadilla; yo continuaré con mi senda, con la esperanza de que algún día sea para mi un amor como el que ahora profeso por ti, con la esperanza de no separarme de él jamás y que los sueños se hagan realidad.

PD: Suerte, y recuerda que el amor puede ser tan grande que puede ser capaz de negar su existir para permitir tu existencia.

Dedicado a ella y a mis sueños con ella.