En el momento que viene...
Durante estos últimos días no me ha quedado mucho tiempo para la reflexión, a decir verdad ahora lo único que tengo es nostalgia, tiempo pasado prisionero en mi cabeza; vivo, caprichoso, gentil, lesivo; calmo, pero sobre todo mío. En este mi exclusivo infierno la vida me demuestra una vez más que planear es solo otra manera de perder el tiempo, otra manera de encontrarle uso a los segundos disponibles entre respiración y respiración, la vida se ríe de mí, en mi cara, no hago más que observarla y colocarme una de las múltiples sonrisas que guardo en el cajón de buró.Block no me visita desde que ella llego, el tiempo no me alcanza desde que él se fue, en mi cama su aroma alimenta mi nostalgia, en la oficina nuestras conversaciones se caen del librero, en el vestido que dejo en mi closet me recuerda que no estas y en cada gesto del espejo sé me parezco a él. Este sentimiento de alegría y tristeza que me viene de las entrañas no hace mas que recordarme que el segundo que viene me puede dejar con las manos llenas o vacías.
Pensar si hoy llegaré a casa, si la extrañare tanto como ahora, si él volverá y nos llamara desde el pie de la escalera como solía hacerlo, si estaré para recibirlo, o si podré tener otro momento con ella me parece hoy tan incierto, como incierto es el momento que aún no alcanzo, como incierta es la vida. Recuerdo que ella me pide que viva el presente y me olvide un poco del futuro, él decía que había que vivir el momento intensamente, ellos nunca compartieron el mismo espacio, el mismo tiempo, la misma mesa; se conocerán a través de lo que soy ahora; pero en algo creo estarían de acuerdo, el momento que viene hay que vivirlo como se desea no como se planea.
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Pasele marchantito
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